Un Gran Portugués: El Padre Manuel Dias

 

Un Gran Portugués: El Padre Manuel Dias



José Antonio de la Riera (1)



Saber y saberlo demostrar es valer dos veces
Baltasar Gracián, escritor español, s. XVII)

Llovía aquella mañana al pie de la Serra de Labruja. El equipo de gallegos y portugueses se agitaba inquieto ante unas ruinas: ¿serían aquellas viejas piedras los restos de la mítica Venta de la Pica que señaló, en el relato de su peregrinación (1594), el italiano Giovanni Batista Confalonieri?. Allí durmió con el nuncio del Papa, Fabio Biondo de Montalto, en su viaje a Compostela. Identificar aquellas ruinas con la Venta de la Pica suponía poder fijar el inicio del trazado en aquellas soledades. Pero... ¿cómo saberlo?. De pronto apareció entre la intensa lluvia, y como salido de la nada, un coche destartalado del que al poco se bajó una figura conocida por todos, tocada con su imprescindible gorro azul. Traía entre sus manos unos planos. Era, claro, el padre Manuel Dias (genio y figura) y lo que traía entre sus manos eran los planos de la vieja Venta de la Pica. Confrontados plano y ruinas, la cosa quedó clara de inmediato: de allí arrancaría la mítica subida a la Portela Grande de Labruja.

Los antiguos Caminos que, a través de toda Europa, se dirigían a Compostela estaban manifiestamente incompletos sin contar con la gran ruta histórica que, de sur a norte, recorría el corazón de Portugal. El equipo que, en Galicia, había efectuado esa recuperación del trazado que llegaba desde Portugal, tenía la conciencia clara que sin el itinerario portugués, el gran Camino Portugués Central a Compostela, el mapa de los grandes caminos jacobeos de Europa quedaba manifiesta e injustamente incompleto. Y esa labor habría sido absolutamente imposible sin la colaboración entusiasta, la sabiduría y el consejo de gente como el padre Manuel Dias. De su inmensa cultura, del amor a su patria, de su buen hacer y su consejo tuvimos pruebas cotidianas. Nada sin él hubiera sido fácil, en él se cumple la máxima aristotélica de que la excelencia no es un acto, es un hábito cotidiano. Sencillo, cercano, humilde con la humildad del que sabe, el padre Manuel Dias se unió de inmediato a aquel grupo de locos altruistas de uno y otro lado de la frontera poniendo consejo, sabiduría y sentido común en aquella aventura única: recuperar para el mundo, metro a metro, lo que fue siempre una vía de cultura, comunicación, intercambio y conocimiento mutuo: el Camino Portugués a Santiago. Si una virtud manifiesta del Camino de Santiago es su trascendencia universal desde la particularidad, el padre Dias es la mejor muestra de ello. Aquel grupo de gallegos aventureros que habíamos surcado mil caminos pronto aprendimos, de sus labios, las viejas leyendas de un Portugal que sigue vivo. Leyendas como A Pieira dos Lobos que forman parte de un patrimonio común europeo que muchos hemos jurado mantener y conservar y que el padre Dias nos enseñó también a amar. Hoy en día, con el Camino reluciendo en siete soles y con toda Europa puesta en marcha sobre él, nadie diría que entonces perseguíamos una quimera. Quimera en la que de nuevo, hombro con hombro, navegamos juntos gallegos y portugueses (pues navegar y no otra cosa era recorrer las corredoiras embarradas y selváticas que nos esperaban por todas partes)

Y en aquellas jornadas inolvidables, únicas, aprendimos a querer a este portugués paradigmático, de una evidente elegancia espiritual y, a la par, sencillo, con la sencillez de los grandes, del que todos los días, absolutamente todos, aprendimos algo. Con aquel “carro” indescriptible, el padre Dias avanzaba con entusiasmo imparable por los lugares más insospechados, siempre con su sempiterna gorra azul, para mostrarnos un miliario, una viña, una modesta iglesia, lo que fuera, sobre todo si pertenecía a su adorado valle del Lima. En todas partes era recibido con afecto y un increíble respeto, en una lección permanente que ha dejado huella en todos nosotros y también la constancia de que a un país se le ama sobre todo cuando se le conoce, y se vive, a pie de hombre. A camino largo, paso corto. Tal vez algún día, cuando se escriba la historia (y el milagro) de lo que fue la recuperación para el futuro y para Europa del Camino Portugués a Santiago, precisamente ahora cuando tantas medallas se reparten, alguien nos pregunte como fue posible tal milagro ante la pasividad y el abandono de tantos y tantos, a uno y otro lado de la frontera. Y nuestra respuesta va a ser clara: miren a Ponte de Lima y pregunten por él, por el padre Manuel Dias. Un gran portugués, pero sobre todo un gran amigo. Ojalá aquí y allá, en Galicia y Portugal, lo sepan reconocer. Nosotros sólo tenemos palabras de admiración y agradecimiento. Ultreia e sus eia.

 

(1)  José Antonio de la Riera é fundador e ex-presidente da AGACS – Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago.

Fez peregrinações a Compostela por todos os Caminhos desde 1987, tendo coordenado e dirigido as equipas de investigação, delimitação e sinalização das rotas jacobeias na Galiza, assim como do Caminho Português de Santiago, em 1992 (troços galegos), e, mais tarde, do troço Ponte de Lima-Valença (1994), do Caminho Moçárabe por Ourense (1993-94), do Caminho Inglês desde Ferrol e Corunha (1992-94) e do Prolongamento Jacobeu a Finisterra (1995).

É autor do primeiro guia do Caminho Português, publicado pela Xunta de Galicia em 1993, assim como do primeiro guia do Caminho em Portugal (Ponte de Lima-Santiago), editado em 1995, e dos guias do Caminho Primitivo e do Caminho de Finisterra (AGACS). É também autor de numerosas publicações jacobeias, com destaque para Leyendas del Caminho de Santiago (AGACS) 2005, Roma-Santiago: L’Änima Felice (Instituto Comunitário de Galicia, 2001) e El Camino Português en Galicia, na colecção Iter Stellarum de Ediciones Hércules, entre muitas outras.

No Ano Santo de 2004, a sua associação foi distinguida pela Xunta de Galicia e pelo Comité Internacional dos Peritos do Caminho de Santiago, entre numerosas candidaturas de toda a Europa, com o Prémio Elias Valiña, pela investigação e recuperação das rotas jacobeias. Com a classificação do Caminho de Santiago como Património da Humanidade, passou a colaborar habitualmente com o ICOMOS, organismo assessor da UNESCO para Espanha.

 

Publicado na LIMIANA – Revista de Informação, Cultura e Turismo n.º 30, de Dezembro de 2012

 

Ponte de Lima no Mapa

Ponte de Lima é uma vila histórica do Norte de Portugal, mais antiga que a própria nacionalidade portuguesa. Foi fundada por Carta de Foral de 4 de Março de 1125, outorgada pela Rainha D. Teresa, que fez Vila o então Lugar de Ponte, localizado na margem esquerda do Rio Lima, junto à ponte construída pelos Romanos no século I, no tempo do Imperador Augusto. Segundo o Historiador António Matos Reis, o nascimento de Ponte de Lima está intimamente ligado ao nascimento de Portugal, inserindo-se nos planos de autonomia do Condado Portucalense prosseguidos por D. Teresa, através da criação de novos municípios. Herdeira e continuadora de um rico passado histórico, Ponte de Lima orgulha-se de possuir um valioso património histórico-cultural, que este portal se propõe promover e divulgar.

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